No sólo de bares está hecho el hombre (?). Cuando el calor arrecia, una de las pocas cosas que uno puede hacer para ahorrar sudor es leer. Aquí van las reseñas rapiditas de lo que vengo leyendo este año, así preparan (?) posibles lecturas para los bares que se vienen.
La revolución es un sueño eterno, de Andrés Rivera
Brillante. Uno de los mejores libros que leí en los últimos años. La voz de Rivera –enmascarada en la de un Castelli enfermo que escribe porque ya no puede hablar- tiene un ritmo propio, que condensa el sentido de cada palabra “que dice lo que dice y además más y otra cosa” (A. Pizarnik). No es un libro sencillo ni semi-digerido, pero valen la pena el esfuerzo y las relecturas. Distal lo ha reeditado a un precio muy accesible. Imperdible.
Se conoce que sí, de Leticia Obeid
Precioso relato, para leer de una “sentada” porque no te deja soltarlo. Las imágenes son brillantes. La historia está narrada con tal naturalidad que resulta imposible no verse un poco en ella. Un libro amable.
Astrid y Verónika, de Linda Olsson
Suecia. Pueblo alejado del bullicio de la ciudad. Dos mujeres (una joven con una gran pena y una vieja ermitaña con un pasado de temer) se acompañan en sus soledades hasta que llega el momento en el que la joven debe “volver al mundo”. Aunque no soy muy fan de los recursos del tipo “espere que le voy a contar mi historia”, los personajes se van desenvolviendo con bastante profundidad y se dejan leer.
La mujer es una isla, de Audur Ava Olafsdottir
Es un libro “parecería que”. Parecería que es una reflexión sobre el amor y las relaciones, pero no. Parecería que es una novela de aprendizaje, pero no. Parecería interesante porque el título está bueno, pero no. Una constelación de hechos traídos de los pelos que van hacia la nada misma. Una pena enorme.
El frío modifica la trayectoria de los peces, de Pierre Szalowski
Alegre con final feliz. Se entrelazan las historias de varios personajes más o menos pintorescos, en función de una catástrofe climática que uno de ellos cree haber provocado por su mero deseo. No es La Lectura Trascendente, pero es rápida, entretenida y bastante ingeniosa.
El buscador de finales, de Pablo De Santis
En teoría, un libro para niños/ jóvenes. En la práctica, un por qué no leerlo uno y disfrutarlo. El planteo es muy ingenioso, los personajes están bien trazados y el relato fluye sin cabos sueltos.
Chicos, de Sergio Bizzio
Precioso libro de cuentos. No había leído nada de Bizzio, pero me ganó en las primeras páginas del primer relato (que, dicho sea de paso, fue el que inspiró la película XXY). Cada cuento es un mundo diferente en el que lo que perdura es el ritmo narrativo de Bizzio, su atención a los detalles, la sencillez compleja de tantas cosas. Muy, muy recomendable.
La revolución es un sueño eterno, de Andrés Rivera
Brillante. Uno de los mejores libros que leí en los últimos años. La voz de Rivera –enmascarada en la de un Castelli enfermo que escribe porque ya no puede hablar- tiene un ritmo propio, que condensa el sentido de cada palabra “que dice lo que dice y además más y otra cosa” (A. Pizarnik). No es un libro sencillo ni semi-digerido, pero valen la pena el esfuerzo y las relecturas. Distal lo ha reeditado a un precio muy accesible. Imperdible.
Se conoce que sí, de Leticia Obeid
Precioso relato, para leer de una “sentada” porque no te deja soltarlo. Las imágenes son brillantes. La historia está narrada con tal naturalidad que resulta imposible no verse un poco en ella. Un libro amable.
Astrid y Verónika, de Linda Olsson
Suecia. Pueblo alejado del bullicio de la ciudad. Dos mujeres (una joven con una gran pena y una vieja ermitaña con un pasado de temer) se acompañan en sus soledades hasta que llega el momento en el que la joven debe “volver al mundo”. Aunque no soy muy fan de los recursos del tipo “espere que le voy a contar mi historia”, los personajes se van desenvolviendo con bastante profundidad y se dejan leer.
La mujer es una isla, de Audur Ava Olafsdottir
Es un libro “parecería que”. Parecería que es una reflexión sobre el amor y las relaciones, pero no. Parecería que es una novela de aprendizaje, pero no. Parecería interesante porque el título está bueno, pero no. Una constelación de hechos traídos de los pelos que van hacia la nada misma. Una pena enorme.
El frío modifica la trayectoria de los peces, de Pierre Szalowski
Alegre con final feliz. Se entrelazan las historias de varios personajes más o menos pintorescos, en función de una catástrofe climática que uno de ellos cree haber provocado por su mero deseo. No es La Lectura Trascendente, pero es rápida, entretenida y bastante ingeniosa.
El buscador de finales, de Pablo De Santis
En teoría, un libro para niños/ jóvenes. En la práctica, un por qué no leerlo uno y disfrutarlo. El planteo es muy ingenioso, los personajes están bien trazados y el relato fluye sin cabos sueltos.
Chicos, de Sergio Bizzio
Precioso libro de cuentos. No había leído nada de Bizzio, pero me ganó en las primeras páginas del primer relato (que, dicho sea de paso, fue el que inspiró la película XXY). Cada cuento es un mundo diferente en el que lo que perdura es el ritmo narrativo de Bizzio, su atención a los detalles, la sencillez compleja de tantas cosas. Muy, muy recomendable.
Los que quieran contribuir con sus lecturas de verano o de costumbre, no lo duden. Las sugerencias de lectura (y de bares) son siempre bienvenidas.
Qué buena lista. No leí nada de nada de lo que publicás pero me dan muchas ganas.
ResponderEliminarLes paso algunos bares para su lista: hay uno que abrió hace unos meses en la esquina de Zeballos y Laprida, onda vintage. Y otro re chiquitito en Moreno casi Rioja (al lado de la heladería SMART). Por ese pasé a almorzar un día al paso, es chuiquitito, me atendieron muy bien.
besos
Recomiendo este:
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/OiaSaboresyobjetos?ref=ts&fref=ts
Aparentemente su idea es que sea un "bar para leer" porque tienen muchos libros...
Por lo que siempre veo en los comentarios de este blog, un "BAR PARA LEER" es aquel, en la que el ambiente ofrece la oportunidad de tomar algo, estar en un lugar confortable, y acompañarse con la posibilidad de pasar un tiempo leyendo. Tiempo que puede ser el de "una espera", un "tiempo libre", un "tiempo buscado", (si es con música suave mejor), dentro de la ciudad.
EliminarChicas amo este blog!! Me gustaría enviarles una critica, me pasan un mail??
ResponderEliminarHola, Mavi! Podés mandarla a baresparaleer@gmail.com :)
EliminarEste verano yo leí "La Sociedad Literaria y del Pastel de cáscara de papa de Guernsey"
ResponderEliminarEs un libro delicioso para leer, les copio el link de mi blog donde comenté mi reseña.
http://cuentos-veronica.blogspot.com/2012/10/la-sociedad-literaria-y-del-pastel-de.html
Saludos